Dos velas para el diablo

"cuando los ángeles te dan la espalda, ¿en quién puedes confiar?"

Cruce de historias

¿Y si mezclamos los protagonistas de "Dos velas para el diablo" con los personajes de los dibujos animados "Phineas y Ferb", en los paisajes de la película "Piratas del Caribe"?

Por fin estamos en Isla Tortuga, una isla cerca de Cuba. Angelo dice que aquí vive un demonio que nos puede dar información sobre Nebiros de forma confidencial. No creo que ese demonio sea tan confidencial como dice ser... al fin y al cabo es un demonio. Pero no me he opuesto a la idea de venir hasta aquí porque nunca he estado en el Caribe y me apetecía ir. Hemos tenido que parar en el aeropuerto de Haití y desplazarnos en barco hasta Isla Tortuga, porque allí no hay aeropuertos.
Bajamos del barco y andamos por el muelle. Angelo me dice que si preguntamos a alguien dónde está ese demonio acabaremos antes; parece ser que ese demonio es muy importante por aquí. Angelo ve a un hombre de espaldas en el muelle y se acerca para preguntarle. Cuando llegamos a su lado vemos que delante nuestro hay un barco muy pequeño hundido, el cual sólo se le ve el palo mayor con una pequeña bandera.
-Esto no me gusta demasiado. -dice el hombre. No sé si está hablando solo o si se ha percatado de nuestra presencia (al menos de la de Angelo).
-Perdone, señor. ¿Qué le ha pasado? -saluda Angelo.
El hombre se gira y podemos ver su impresionante semblante: es un hombre alto, con el pelo negro lleno de trenzas, monedas y piedras de colores en el pelo, y con un turbante rojo. Lleva un traje muy desgastado y una espada dentro de una una vaina a un lado de su cuerpo.
-Nada, ahora ya no es mi barco. -dice, mirando a Angelo fijamente y moviendo inevitablemente su cuerpo de manera circular.
-Me gustaría saber si conoce al capitán Hellmon. -pregunta Angelo.
Así que el demonio se hace llamar "capitán Hellmon"... Me pregunto a cuantos hombres tendrá a su merced.
-Soy el capitán Jack Sparrow. Le suena mi nombre, ¿verdad? -pregunta, ignorando la pregunta de Angelo.
-La verdad es que no, señor.
Ese hombre tiene tatuajes por todo el cuerpo, anillos en los dedos y... creo que es un pirata.
-Bien, chico. Pues creo que no sabe nada sobre piratería. -eso confirma mi sospecha. Angelo no se sorprende, supongo que ya lo habría pensado también. -No conozco al capitán Hellmon. Así que yo tampoco sé nada sobre piratería. Y a pesar de eso, soy un pirata. Soy el capitán Jack Sparrow.
Este hombre es muy raro. Creo que está un poco loco.
<Angelo, vamos a preguntar a otra persona...>
-Sin embargo -me corta el pirata, como si me hubiera escuchado- conozco a alguien que sí lo conoce. Sígueme, chico.
Nos quedamos perplejos, pero seguimos de cerca al capitán Jack Sparrow a través de Isla Tortuga. Se mueve rápidamente y genera una melodía extraña por el retumbar del suelo con sus botas.
-Hemos llegado. -nos dice al cabo de diez minutos, delante de una casa blanca.
Hemos recorrido Isla Tortuga y me parece un lugar demasiado sucio, lleno de piratas y borrachos. Cuando me doy cuenta, Jack Sparrow se está marchando y Angelo no le ha podido ni dar las gracias.
-Ho ho ho, un gran pirata soy... -oigo que canta en voz baja, mientras se aleja. Qué personaje tan peculiar...
Angelo llama al timbre de esa casa. Le abre una chica de unos catorce años, que le mira de arriba a abajo. Le pregunta por alguien que conozca al capitán Hellmon, y ella responde con un grito:
-¡Phineaaas! ¡Alguien pregunta por ti! -y, dirigiéndose a Angelo -Si necesitas algo más, chico, me lo dices... Me llamo Candace Flynn...
Lo ha dicho con una sonrisa descarada, y eso me está poniendo de los nervios. De repente, interrumpiendo por fin esa sonrisa, aparecen dos niños de unos diez años que salen por la puerta y se plantan frente a nosotros.
-Hola. Me llamo Phineas Flynn, y este es mi hermano Ferb. ¿Quién eres?
Ante la sorpresa de ver a dos niños, Angelo no dice nada.
<¡Angelo, habla!>, le digo.
-Me llamo Angelo, y he venido a hablar con el capitán Hellmon. ¿Sabéis dónde se encuentra?
-¡Claro! -exclama Phineas, simpático -Siempre le ayudamos a construir máquinas para sus barcos. Nuestros padres se han ido a comprar. Si queréis os guiaremos hasta su gran navío.
En ese momento aparece a nuestro lado una especie de animal de color azul.
-Oh, estás aquí, Perry. -dice Ferb, la primera frase que ha dicho en todo el rato.
-Perry es nuestra mascota. Es un ornitorrinco. Vendrá con nosotros, ¿vale?
Empiezan a andar y nosotros los seguimos. Al cabo de un rato llegamos a un puerto el cual lo que más nos atrae es un gran navío blanco. Subimos por la pasarela y entramos en la cubierta. Phineas hace sonar una campana al lado de la puerta del camarote principal y abre un hombre de largo pelo negro y ojos azules.
-Phineas, amigo mío. ¿Quieres pasar? -saluda el hombre, cogiéndose el sombrero.
De pronto, el hombre mira a Angelo y Angelo le mira a él. Me he dado cuenta de que tiene dos alas negras inmensas en su espalda, cosa que ni Phineas, ni Ferb, ni Perry el ornitorrinco ven.
-Capitán Hellmon, le he traído a alguien que quiere hablar con usted. Nosotros nos vamos ahora. -dice Phineas.
Perry el ornitorrinco hace un ruido extraño, algo así como "rrrrr", y se marchan los tres. Angelo y yo entramos en el camarote del capitán. Nos saludamos, y los dos demonios empiezan a hablar en lenguaje demoníaco.
Hemos logrado hablar con el capitán Hellmon con ayuda de unos personajes muy extraños... quién sabe si en realidad no estaban allí por simple casualidad.

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